Recuerdo una conversación con Annette en la que se preguntaba si sería una decepción para alguien que el día de su boda vistiese de rosa. «Marcos me conoce» – decía, «pero no sé cómo se imaginarán mi vestido de novia el resto de invitados». La imagen de una novia que cualquiera tiene en la cabeza se parece bastante a un ángel caído del cielo. Un ser inmaculado como representación de la pureza a quien la gente no imagina con un vestido de novia rosa.
Es justo a la hora de tomar esa decisión cuando muchas novias se topan de frente con ese fenómeno al que llamamos presión social. Provocando sentimientos encontrados entre elegir cómo quieren vestir en su boda o conformarse con una boda mediocre sintiéndose forzadas a cumplir con tradiciones que no les representan.
Pero la realidad de Annette es que casi desde que comenzamos a planificar su boda, tenía claro que quería llevar un vestido encorsetado en el torso. Y tomar la decisión sin escuchar en su conciencia las voces proclamadas por los estereotipos impuestos por la sociedad hizo que sus ideas fuesen lo único importante para que su vestido de novia representase su autenticidad.

Fue cuando visitó al diseñador que confeccionó su vestido cuando se enamoró de un tejido que definiría, además, la propia decoración de la boda. El día de la celebración, llevó un conjunto de dos piezas con corsé en tonos borgoñas, ocres y neutros, acompañado por una falda de color rosa empolvado, en sintonía con la exclusiva tela que había elegido para la parte superior. Y sin saberlo, estaba siendo una visionaria, pues el vestido de novia rosa es una alternativa que se ha abierto paso este 2023 ante el tradicional (¿o no tanto?, luego te cuento) vestido blanco que se presupone que toda novia tiene que llevar para ser aceptada.
No fue la clase de novia que cualquiera se imagina al oír campanas de boda, sino la novia que ella quería ser. Una dispuesta a no cumplir con tradiciones de boda que no le representaban solo por complacer. En otras palabras: consiguió ser una verdadera anti-novia. Lográndolo gracias a la metodología anti-bodas, sin que nadie le impusiese lo que tenía que hacer.
Además del diseño de la boda, su elección también determinó el estilo de Marcos. Que, con su corbata, quiso hacerle un guiño eligiendo esa tonalidad a conjunto.

El significado del color del vestido de novia
Y es que la tradición que define que una novia debe vestir de blanco representando la pureza, tiene un recorrido de apenas unas décadas. En la primera mitad del siglo XX, eran las novias adineradas las que vestían de blanco el día de su boda. Mientras que, para las que no corrían esa suerte, el negro era el color destinado a su atuendo el día de su boda. Hay que ver cómo han cambiado las tornas, ¿eh?
Así que la próxima vez que alguien opine cobre cómo deberías vestirte el día de tu boda, dale una lección contándole esta anécdota histórica y vístete como te dé la gana. Pues si se presupone que el blanco simboliza la pureza, llevar un vestido de novia rosa puede representar la naturalidad (al ser un color muy presente en la naturaleza a través de muchas especies de flores), la sensibilidad y la innovación. ¿Con qué adjetivos te identificas más?
Organización: punto y seguido.
Vestido de novia: Tocado y hundido.
Ramo de novia: Le Graine.
Maquillaje y peinado: Marta Gamarra.
Fotografías: Álex Lomart.
Lugar: Palacio de Esquileo.
Decoración: Cristina Avendaño.
Traje de novio: Trajes Guzmán.